El traductor es el profesional formado y capacitado para responder a un encargo de traducción general o especializada en el plazo de tiempo que le dé su cliente. Para ello, una de sus mayores cualidades es su capacidad de documentación y recopilación de la información temática y terminológica, así como de continua formación, pues el traductor especializado va recopilando datos, almacenando conocimientos nuevos, y se va especializando dependiendo del tipo de encargos que recibe.
Otro de los atributos imprescindibles del traductor profesional es el dominio de la lengua hacia la que traduce, generalmente su lengua materna. Por lo tanto, es evidente que no basta con saber idiomas para traducir, sino que este es simplemente un requisito más que debe cumplir el traductor, así como el dominio necesario de las tecnologías de la información que le permiten realizar su labor traductora y de documentación.